La Seleccion de Ramon

martes, diciembre 26, 2006

La muerte del enganche

Los muertos que vos matais gozan de buena salud

En medio de la sarta de pavadas que uno escucha por los medios deportivos argentinos, la última novedosa novedad es hablar sobre “la muerte del enganche”. Hemos matado a la perla la joya el eje el espíritu el diferencial del fútbol argentino según este discurso.
Creo que esto presupone varias cosas que no son del todo ciertas, a saber:
1) Existe tal cosa como “el enganche”.
2) Siempre existieron.
3) No existen más.

Mi planteo respecto de lo anterior, y luego lo desarrollaré, es que:
1) Existe una posición táctica, más común en el fútbol argentino que en otros, que se suele definir como “enganche” y un cierto tipo de jugadores que suelen ocupar esa posición (pero también ocupan otras).
2) Siempre existió ese tipo de jugador, pero no necesariamente la posición táctica.
3) Ese tipo de jugadores sigue existiendo, pero la posición táctica está cayendo en desuso, y juegan en otras posiciones.

Un poquito de historia

A ver. ¿Quién era el “enganche” de “La Máquina”? ¿Y el de “Los Profesores”? ¿Pedernera era enganche o Moreno o era Labruna? Y por ejemplo en River o Boca o la Selección allá por 1976 o 77, ¿Quiénes jugaban de enganche?
Todas las preguntas anteriores no tienen respuesta y cuando la tienen es “Nadie”. Cuando sale un pibe que juega de enganche entonces se lo vincula con jugadores del pasado que eran técnicamente similares y de alguna manera se presupone que eran tácticamente similares cuando la realidad es que no es así.
Aquél viejo fútbol del Moreno y de Pedernera jugaba con un 2-3-5 (2 “defensores”, 3 “volantes” y 5 “delanteros”) y de ese 2-3-5 es heredero el 4-3-3 de los ´70. En aquellos viejos equipos del 2-3-5 eran 5 los tipos que evitaban los goles (los 2 defensores y los 3 volantes con los respectivos números 2, 3; 4, 5 y 6) y 5 los que intentaban marcarlos (los delanteros que llevaban los números 7, 8, 9, 10 y 11).
En los ´70 los tipos que “defendían” seguían siendo 5 (una defensa de 4 con el 4, el 2, el 6 y el 3 a los que se sumaba el 5 que era el volante central) y los que atacaban seguían siendo 5 (los volantes “por afuera” con el número 8 el de la derecha y 10 el de la izquierda y los delanteros con los números 7, 9 y 11).
El 8 de los ´70 que jugaba como volante por derecha y el 10 que jugaba por izquierda llevaban los números que llevaban porque era herederos de los insiders de las viejas delanteras de 5 jugadores. Así Alonso y J.J.López eran los dignos herederos de Pedernera y Moreno respectivamente. ¡Pero ninguno de los 4 era enganche!!! Bueno, Alonso lo fue después, en los ´80, pero al principio no lo era. De hecho debuta en la primera de River reemplazando a Más, con la camiseta número 11 y de wing izquierdo.
Digo, en las viejas épocas donde los roles de atacar y defender eran más definidos, los equipos solían poner primero de insiders y luego de volantes externos a los tipos mejor dotados técnicamente. Todavía en los ´70 eran JJ y Alonso, el Chino Benítez o Ribolzi y Zanabria, e incluso en el Estudiantes de Bilardo en los ´80 Ponce y Sabella. Tal vez ya entonces la excepción era Bochini, que si jugaba a algo más parecido a lo que luego fue el enganche y que, no por casualidad, era el ídolo del Diego.
Pero de a poco la mayor dinámica del juego hizo que fuera necesario que más gente corriera y marcara y empezaron a haber menos tipos que solo atacaran; lo cual no quita que a la vez los defensores (sobre todo los de los laterales) pasaran a atacar más seguido. En River, este cambio se da con la incorporación de D´Artagnan Commisso como lo calificó la revista El Gráfico. Se sacrificaba un wing para poner dos volantes externos con algo de marca y eso liberaba al viejo volante por izquierda que se convertía en enganche. Ahora los equipos comenzaban a formar con 4 defensores, 3 volantes (uno de ellos era el “cuarto volante”), un enganche (que igualmente era pensado como uno de los 3 volantes originales) y dos delanteros: un nueve y uno por afuera (a veces más wing como Calderón, a veces más centrodelantero como Mastrangelo o Alzamendi). Y he aquí el comienzo de la era del enganche. En Argentina ha habido unos cuantos importantes pero que sin embargo antes, durante o después jugaron de otras cosas.
Digo, enganche fue Bochini y son Riquelme y Gallardo; que nunca funcionaron bien en una posición que no fuera entre los volantes y los delanteros, libres y sin funciones de marca. Pero fue enganche Alonso que antes era volante por izquierda (aunque nunca marcó a nadie), fue enganche Verón que sin embargo se parece más al enlace español (o doble cinco), fue enganche Aimar que es un “media punta”. Y durante todo ese tiempo nunca entendimos de que jugaba Francescoli que por técnica y por origen (River lo compró como “ocho”) debería haber sido enganche pero nunca lo fue.
¿Y Diego? No hay molde y no hay referencia. Era tantas cosas que limitarlo a un rol es difícil. Debutó como delantero (en Argentinos), fue un 10 clásico volante por izquierda en el Juvenil del ´79 y en el Boca del ´81 (con Miguelito Brindisi, un ocho sobreviviente de la década anterior, por la otra banda), enganche a veces, media punta (en la selección del ´86 en realidad el enganche era Burruchaga) y hasta delantero. Y el final de vuelta enganche, pero porque ya no corría lo mismo que antes ni tenía el pique corto asesino en los últimos metros.
Y bueno, ahora decretamos que el enganche “se murió”. Muchos técnicos comienzan a organizar tácticamente sus equipos de una manera que no tolera la existencia de un tipo parado en el medio de la cancha y esperando que le den la pelota para administrarla.

Los enganches matan a los enganches

En realidad es así. La desaparición del enganche tiene que ver con que se cae por su propio peso. No porque no salgan nuevos enganches en el sentido de tipos lo suficientemente dotados técnicamente para tolerar la función, sino porque en la dinámica del fútbol actual tener un jugador que no se mueve y además ir siempre por el lado del “dueño de la pelota” no es eficiente. Con toda la lógica los técnicos tratan de colocar a estos tipos técnicamente dotados en posiciones en las que resulten más eficientes para sus equipos. Los nuevos aprenden (Gago e Higuaín), algunos viejos se adaptan (Verón) y otros quedan virtualmente como reliquias (tal el caso de Gallardo).
Pekerman muere con las botas puestas, con Riquelme de dueño de la pelota y la liga Riquelme, pero en realidad el que insistió fue José. Mirénse el segundo gol a Serbia y Montenegro y olvídense de los nombres. ¿Quién es el “enganche” en esa jugada? O bien nadie, o bien Saviola (que es el que le cambia el ritmo al juego y convierte “distracción” en “ataque”).
Ese es un claro ejemplo de cómo muchos tipos técnicamente dotados juntos hacen cosas mucho más interesantes que 10 troncos con un dueño de la pelota que los organice. Entonces en realidad, ahora hay más fútbol que antes. Ahora hay más espacio (casi como en los ´70) y hasta obligación en los equipos grandes para sumar varios tipos técnicamente dotados. Claro, lo que pasa es que le vamos a pedir que corran.

El futuro es (Monte)Negro

Vuelvo a mis ejemplos anteriores. Gago fue enganche del sub´20. Higuaín enganche de la reserva de River. Respecto de este último Gallardo dijo que era el jugador más parecido a él en las inferiores de River. ¿Se equivocó Gallardo e Higuaín no puede ser enganche o tuvo razón Passarella cuando pensó que era más eficiente jugando a lo que juega hoy Aimar? Y fíjense que uno podría hoy armar una selección argentina de la mitad de la cancha para adelante que forme con Maxi Rodríguez (ex enganche), Gago (ex enganche), Belluschi (ex enganche), Higuaín (ex enganche), Tévez (ex enganche) y Messi (ex enganche). No digo que esta debería ser la selección argentina, digo, fijense que como con un esquema táctico sin enganche, podemos sumar 6 tipos con las cualidades técnicas de un enganche. ¿A quien marco de ese equipo si soy del contrario? Los tres volantes tocan, patean de afuera y se mandan al área. Dos de los delanteros pueden ser 9 por momentos. Y para terminar de confundir puedo agregar dos laterales que suban.

El futuro entonces lejos de ser negro, tendría que parecerse a lo sucedido en aquel gol a Serbia y Montenegro.